miércoles, 30 de noviembre de 2011

Agujero de Gusano

Un agujero de gusano – más concretamente un puente Eintein- Rosen – no es otra cosa que un atajo en el continuo del espacio/tiempo. Una característica topológica del universo producto de las ecuaciones relativistas.
Un agujero de gusano está compuesto  de, al menos, dos extremos conectados a una garganta por la que la materia puede desplazarse de uno a otro punto del Universo de una forma más rápida de lo común.


Dicho de otra manera, un agujero de gusano es un agujero – y por tanto “hueco”, entiéndase – que conecta dos o más puntos del Universo, por el que la materia podría viajar a velocidades muy elevadas, que bien pudieran provocar, en consecuencia, viajes en el tiempo.
Existen los agujeros de gusano Euclideos (a nivel de física de partículas) o de Lorenzt (a nivel relativista y de gravedad semiclásica y que serían los que permitirían al ser humanos y sus vehículos viajar a través de ellos), por ejemplo.
Existen a nivel teórico agujeros no traspasables (que más bien serían orificios), como lo son los agujeros de Reissner-Nordstrom, los agujeros de Kerr-Newman o los agujeros de Schwarzschild.
No obstante, las ecuaciones Einstein-Rosen – aparte de teorizar con la existencia de estos agujeros – los revelaron como sumamente inestables.
Actualmente, con la física de cuerdas (que admite la existencia de más de tres dimensiones compactadas a nivel subatómico), cada vez se hace menos probable el aprovechar estos teóricos agujeros para viajar por el espacio-tiempo. Aunque no es lo único que frena la posibilidad de viajar por ellos ya que la teoría de la gravedad cuántica, así como la tradicional relativista, obtienen unos resultados ecuacionales  inciertos.
Dicho de otro modo, las ecuaciones resultan en infinito. Cuando en física algo tiende a infinito básicamente esto viene a significar que el planteamiento con el que se está acometiendo el supuesto no es preciso.

Es por ello que se habla de materia exótica. Otra singularidad que poseería densidad de energía negativa y que sería responsable directa de las paradojas temporales que podrían ocasionarse al viajar de esta manera por el espacio-tiempo.
Pero esto podría no ser así a tenor de los trabajos de Amos Ori (2005), ya que podría darse el caso de un agujero de gusano en el que no intervendría dicha materia exótica. No obstante, y a falta de una comprobación empírica, la estabilidad del mismo – ya que se sale de los conceptos “realivo-cuanticos” – es incierta.
Expongo el asunto del señor Ori porque muy probablemente sea este el caso; y como bien se ha dicho en anteriores comentarios: “a la naturaleza no le gustan las singularidades”; por lo que es posible que exista alguna falla en la teoría Einstein-Rosen que se halla propagado a la teoría de gravedad cuántica (ya que ésta dimana de la fusión de la física relativista y la mecánica cuántica).
Desde mi punto de vista, sería posible  – y siempre desde la óptica de la teoría de cuerdas – que tales agujeros fueran parte inherente de la denominada como espuma cuántica (nombre dado por John Wheeler al supuesto tejido que forma el universo). Algo tan complejo como espacios interespaciales, que es de lo que venimos hablando.

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